Cada vez que viajo a Lima, la capital del Perú, y
sus alrededores quedo sorprendida
con sus revelaciones y hallazgos porque Lima, no
inició su rol como ciudad capital del país con la fundación española, ya antes
de la llegada de los españoles fue por varias centurias la ciudad más
importante del hemisferio Sur.
Lima
tiene el privilegio de conservar dentro de su recinto urbano numerosos e
importantes testimonios de su pasado prehispánico ejerciendo un poderoso
atractivo en la atención de escritores, artistas, viajeros y actualmente
turistas que desde el siglo XVI narraron numerosos escritos acerca de la
idiosincrasia de sus habitantes, su historia, sus tradiciones, y en especial la
arquitectura que fue el arte que más prosperó entre los primeros pobladores de
Lima.
En la
actualidad se está haciendo un esfuerzo para rescatar monumentos prehispánicos
y se ha iniciado la restauración de muchas e importantes “huacas” o adoratorios
que existen todavía que dan testimonio de aquél gran pasado, a lo largo de
ambas márgenes de Lima y en el seno de la ciudad misma y una de ellas es la Huaca
Mateo
Salado.
“Mateo
Salado” es uno de los restos arqueológicos limeños más
importantes que nos quedan. Ruinas situadas en el área urbana de Lima (Av.
Tingo María, cuadra 12), forman una preciosa muestra arquitectónica. Fue un
bello e imponente palacio; el conjunto lo formaban cinco huacas con la habitual
y familiar apariencia de montículos de murallones y parámetros desde donde,
después de la ocupación inca del valle del Rímac, el incanato ejercía su autoridad
en el área del Rímac, aquí el jerarca imperial administraba todo el valle de
Lima, desde la ribera marina a las estribaciones andinas.[1] Se
puede decir que este recinto “es uno de los conjuntos más importantes de la
zona urbana”. Actualmente se está restaurando, y está siendo usado como museo
sitio y es una gran atracción turística en plena zona urbana.
Pirámide
A
Esta
pirámide fue un importante Templo Ychsma, es la más grande del
complejo y fue investigada entre los años 2007 – 2008. Destacan en la cima,
su gran rampa de acceso y escaleras pintadas de color amarillo.
Templo Ychma
Frontis del Templo Ychma.
Almacenamiento
de alimentos en el patio principal de la cima.
Escalinatas y patios
Pirámide B
Según
las investigaciones entre los años 2008 y 2010 se llego a la conclusión que su
función de esta pirámide fue administrativa. Es la segunda en
tamaño y la de diseño arquitectónico más elaborado. Resalta su escalinata
monumental, su plaza dominada el “Podio de Control” pinturas
murales, frisos y grafiti.
Pirámide administrativa
Pirámide E
Las
investigaciones realizadas entre los años 2012 y 2013 han determinado que esta
pirámide presenta dos grandes momentos de ocupación. Fue construida y ocupada por
la sociedad
ychsma durante el periodo Intermedio Tardío y luego de ser abandonada
fue utilizada como cementerio en Época Inca. Esta construida con muros de barro
elaborados con la técnica de la tapia; configurándose como una estructura de
lados escalonados. Su última remodelación corresponde a un recinto muy
particular que no tiene acceso construida con muros de canto (piedra de río) y
barro.
Viviendas de la sociedad ychsma y Cementerio Inca.
Escalera de la pirámide E
El
nombre de Mateo Salado se trata de la españolización del nombre de un luterano
francés Mathieu Salade, que vivió en esas ruinas como solitario
ocupante, en el siglo XVI y fue el primero que castigo con la hoguera la
inquisición (1573). [2]
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