Hacer un recorrido
en bicicleta en la tercera ciudad más alta del mundo a una altura de 2630 msnm,
con una temperatura entre 6 y 22°C., es realmente una experiencia inolvidable y
una de las formas más seguras de conocer los rincones más increíbles de la
ciudad de los rolos o Cachacos.[1]
En
la excursión viví una variedad de experiencias y vislumbré la ciudad bogotana que
de una zona a otra se ven los contrastes arquitectónicos entre los estilos
colonial, moderno y contemporáneo, además de organizada, desordenada, serena, agitada,
tradicional y cosmopolita con avenidas amplias y abarrotadas en las cuales
circulan desde carretas y enormes autobuses, autos de lujo y las calles colmadas
de vendedores ambulantes.
La
travesía fue guiada por Mike un periodista norteamericano que es el pionero de
circuitos en bicicleta de Bogotá (Bogotá Bike Tours). Hacer este paseo con
gente especializada, conocedoras de la ciudad es lo más recomendable en una metrópolis
porque por su experiencia no se corren riesgos de ir por zonas peligrosas que
después nos podemos lamentar. Aunque en Bogotá ya no se vive la violencia de
los años 90 es importante tomar precauciones, porque robos y asaltos pasan a
cualquier hora del día.
En
nuestro circuito en bicicleta partimos del barrio La Candelaria en la
carrera 3 donde se encuentran la oficina de Bogotá Bike Tours y recorrimos una
de las calles principales de la Candelaria donde vivimos la vida cotidiana en
una de sus avenidas principales y en el camino encontramos vendedores ambulantes
ofreciendo sus productos y degustamos de esos deliciosos limoncillos; nuestro siguiente
punto fue El Templete del Libertador, diseñado por Pietro Cantini que se
inspiró en el Templo de Vesta en Roma, las esculturas fueron hechas por la Casa
Desprey de París. La estatua actual de Simón Bolívar fue esculpida por el
artista peruano Gerardo Benítez. Este templete se encuentra en el Parque
de los Periodistas Gabriel García Márquez en la
localidad Santa Fe, prosiguiendo nuestro recorridos visitamos el mercado
Las Nieves donde degustamos pitaya y otras diferentes frutas
exóticas del país. En la carrera 7 en la localidad de Santa Fe echamos un
vistazo a unos grafitis, murales donde el pueblo colombiano expresa la
situación actual que vive el país, algunos de ellos se encuentran en un muro al
lado de Plaza de Toros La Santa María o Plaza de Todos pero la tradición
de la corrida de toros se prohibió en 2012. Actualmente en este recinto se
realizan conciertos o espectáculos para todo público. Después marchamos al
barrio Teusaquillo que fue una reserva indígena conocida como Pueblo
Viejo y fue llamado Teivzaquillo, en honor a los Muiscas que vivieron en
ese lugar, conocido además porque muchos de sus edificios fueron construidos
con arquitectura
de estilo Victorino Inglés, y el Parque Nacional “Enrique Olaya Herrera”,
inaugurado en 1934 y uno de sus principales promotores fue el Presidente
Enrique Olaya Herrera. Este parque tiene extensas zonas verdes, fuentes
de agua con una hermosa arborización, posee una muy buena infraestructura para
practicar diferentes deportes, asimismo tiene una variedad de monumentos como La
Torre
de Reloj Suizo donado por la comunidad suiza residente en Colombia,
conmemorando los 400 años de la fundación de Bogotá; la Pérgola; la Escultura
de los Andes y montañas de Colombia; nuestra próxima parada fue una Casona
de arte que tenida toda sus paredes decorada con grafitis. Continuamos
la marcha y por el camino fotografíe las Iglesias Santa Ana y la Iglesia
Nuestra Señora del Carmen, Santa Teresita, el Centro Internacional y
cerca de allí hay murales de grafitis criticando la explotación de la minería
colombiana; después cruzamos por el Parque Renacimiento y en la entrada
se encuentra la escultura de bronce “Hombre a Caballo” que la primera
escultura donada por Fernando Botero a la ciudad de
Bogotá; continuando nuestra excursión visitamos la fábrica de café “Café la
Fonda”, vimos los granos en sus diferentes estados, su procesamiento y
finalmente degustamos un delicioso y aromático café colombiano; luego nos
dirigimos a un bar salón a jugar “El Tejo”, que es un deporte
nacional de Colombia que consiste en lanzar un disco de piedra hacia
una cancha de arcilla para hacer estallar las mechas con pólvoras que se
encuentran en un círculo metálico ubicado en la cancha, mientras jugábamos bebíamos
la cerveza de sabor nacional “El Águila”. Se dice que el juego
original era practicado por los Muiscas desde hace más de 500 años. Nuestra
última visita fue a una calle del barrio Santa Fe llamada la zona
de la tolerancia, lugar donde se encuentran los prostíbulos, casinos
por su alto índice de delincuencia no se pueden tomar fotos y para no ir contra
la integridad de las personas que transitas por esos lugares.
Y
finalmente regresamos contentos de haber gozado de un hermoso paseo y haber
conocidos algunos recovecos donde solo no se puede ir.
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