La cata de algunos vinos Riesling la organizó el Sr. Raimund Prüm en su hospedaje Wein & Landhaus (en español: Vino & Casa de Campo) en Bernkastel-Kues - Wehlen del día 29 de abril. Por la mañana se cataron los vinos de la bodega de Weingut S.A. Prüm en la terraza del hotel Wein & Landhaus, y por la tarde se acondicionó con mesas el salón de banquetes de S.A. Prüm especialmente para los sumilleres, donde se cataron vinos de las bodegas Weingut Reinhold Haart GbR, Weingut Heymann-Löwenstein y Weingut von Hövel.
Fotos: Carmen
Ponce de Mirbach.
Tema: Vino y
Rosas – Patrick Doro
La historia de los vinos de Weingut
S.A. Prüm se remonta al año 1156, cuando Jodocus Prüm adquirió su
propio viñedo en el pueblo de Bernkastel. Fue Sebastian Alois Prüm en
1911 quien fundó en esta región la bodega del vino que lleva hasta hoy su
nombre, y desde 1971 es Raimund Prüm, heredero y propietario
de esta bodega de vinos y viñedos, quien dirige la empresa heredada de sus
antepasados y ha construido la bodega de Wehlen a orillas del Mosela,
convirtiendo sus vinos en los más exquisitos de la región con prestigio
internacional.
Hasta hace poco el vino más
prestigioso y tradicional producido con la tecnología más moderna era el Riesling.
Hoy día se está produciendo también Weissburgunder/Pinot blanc, combinando los
métodos tradicionales y modernos de vinificación y convertiendo sus vinos en
unos de los más destacados de la región.
La bodega Weingut Reinhold Haart GbR,
que desde el año 1337 se ha dedicado a la vitivinicultura, pertenece a la
familia Haart. Los Haart son la familia más antigua de vinicultores del pueblo
de Piesport y de la región del Mosela. Desde 1971 Karl-Theo Haart es el empresario
que dirige esta bodega que produce los vinos Riesling más finos de la
región de fama nacional e internacional.
Los
vinos de Weingut Heymann-Löwenstein son producidos por la familia de Cornelia
y Reinhard Löwenstein que por generaciones se ha dedicado a su elaboración.
La clasificación de los vinos de sus terruños se remonta al año de 1802. Las
uvas de estos vinos son sembradas en terrazas de los empinados montes moselanos
de Winningen.
La esencia para producir los mejores Heymann-Löwenstein es la posición
privilegiada de sus terrenos que es el elemento determinante para la
elaboración de sus vinos con una óptima calidad.
Weingut
von Hövel es una empresa dirigida por el ingeniero agrónomo y
economista en agricultura Maximilian von Kunow con una
tradición familiar de 200 años produciendo los mejores vinos Riesling con técnicas
naturales en una de las mejores zonas del río Sarre en Konz-Oberemmel. Históricamente
estos vinos se vienen produciendo desde el siglo 11.
Mientras los sumilleres cataban
los diferentes Riesling, los enólogos y profesionales de dichas bodegas
explicaron que la uva dorada Riesling es la más grande de las castas blancas
del mundo, y si se piensa en vino de calidad de Alemania, es equivalente de Riesling.
La zona de mayor calidad de los
vinos Riesling es Mosel-Saar-Ruwer donde los vinos alcanzan una
elegancia superior. Aquí crece la tan exigente uva Riesling cultivada sobre
terrazas en escarpadas vertientes donde se ha adaptado a la zona haciéndose
insensible a heladas tempranas y tardías que producen el mágico “Eiswein”
(en español: vino de hielo) que se obtiene al congelarse la uva, dando unos
mostos mucho más concentrados y ricos en azúcar. Además nos explicaron que los
actuales viñedos fueron suelos marinos y erosionaron hasta transformarse en
montes. Asimismo expusieron que las cepas crecen sobre dolomía, con suelos de
Muschelkalk, Keuper y marga y piedras arenisca cuárzica y calcárea, y en
algunas zonas crecen sobre una capa de arenisca roja de origen volcánico,
suelos que son ricos en minerales. En esta región nació lo mejor del Riesling,
y aquí aprendieron a hacer vendimias tardías (Spätlese), a dominar ese
microhongo que es la fermentación noble.
Entre características especiales de
los vinos Riesling figuran su acidez, aromas florales de melocotón,
manzana y cítricos, y se sienten las características del suelo donde se ha
plantado. Los enólogos explicaron que los vinos Riesling tienen la
habilidad para desarrollarse en botella y no necesitan crianza en roble. Los
hay desde secos hasta dulces, pasando por la gama intermedia, y son los blancos
que mejor envejecen en el mundo.
Ese día los sumilleres cataron una
gran variedad de vinos Riesling, entre ellos de la empresa Weingut S.A. Prüm se
cataron los siguientes: Riesling – Alter Tresterbrand, Alter Riesling
Hefebrand, Alter Mosel-Riesling-Weinbrand; de la empresa Weingut Reinhold Haart GbR fueron:
Piesporter seco, Haart to Heart semiseco, Goldtröpfchen GG, Goldtröpfchen
Kabinett, y de la empresa Weingut Heymann-Löwenstein fueron: Kirchberg,
Schieferterrassen, Röttgen y Uhlen Laubach; y los de la empresa Weingut
von Hövel que probaron fueron Balduin von Hövel Riesling Kabinett seco, Balduin von Hövel Riesling
Spätlese seco, Oberemmeler Hütte Riesling Auslese. Pero yo no caté los vinos. Bebí
algunos, y para mí, de los pocos que bebí todos estaban exquisitos. Tenían un
olor a fruta fresca, con un finísimo sabor de melocotón y miel. Se sentía esa
acidez que hace tan característicos a esos vinos.
Me
hubiera gustado tomar todos los vinos porque vivo capturada por la locura del Riesling.
En cualquier ciudad de Alemania que visite siempre pido Riesling. Pero
lamentablemente no se pueden probar todos en un solo día, y eso me da
motivación para estar presente desde el viernes 30 hasta el domingo 1 de junio
cuando celebren el día de la vendimia bajo el nombre de “Mythos Mosel. Eine Riesling-Reise”
(en español: “Mito del Mosela. Un Viaje con el Riesling”) donde se
degustarán los mejores vinos de las 90 mejores bodegas de la región.
Los vitivinicultores de esta
región están orgullosos no sólo de sus vinos, sino también de sus tradiciones.
En intermedio de sus explicaciones del vino nos narraron sobre dos fiestas
tradicionales que se celebraban ese 30 de abril: la fiesta de la Noche de brujas o Noche de Walpurgis (en
alemán: Walpurgisnacht) y el Árbol de Mayo (en alemán: Maibaum).
Todo esto se los relataré más adelante.
Terminada la cata de vino nos invitaron a visitar la
ciudad de Bernkastel-Kues. Y en la noche fue la cena de despedida en el
Weinromantikhotel RICHTERSHOF **** in Mülheim-Mosel.
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