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jueves, 5 de noviembre de 2020

TEOTIHUACÁN: LA URBE MÁS ANTIGUA DE LAS CULTURAS MESOAMERICANAS, SIN EMBARGO, ES UN MISTERIO SU AUGE Y ABANDONO, México

El origen de la ciudadela de Teotihuacán, su modo de vida y la desaparición de sus moradores siguen envueltos en un enigma, pero a raíz de los últimos descubrimientos se están revelando hechos históricos de esta esplendorosa civilización

Panorámica de Teotihuacán vista desde la Pirámide del Sol

Foto: C. Ponce de M.



 

Las ruinas de Teotihuacán (en español: Ciudad donde los hombres se convierten en dioses o Ciudad de los Dioses) o Ciudad del Sol (en náhuatl: Teo uacan) está ubicada a 48 kilómetros de la Ciudad de México. Se dice que fue fundada antes de la era cristiana en un área de casi 20 Km²; este conjunto de majestuosas pirámides prehispánicas fueron edificadas entre los años 100 a 750 d. C., y Teotihuacán está considera la metrópoli más antigua e importante de Mesoamérica. Se cree que tal vez por causas de desastres naturales acabaron destruidas y abandonadas. Además, se indica que esta cultura dominó la región durante 500 años, d.C. Los aztecas lo tuvieron como lugar sagrado. 

La Pirámide de la Luna es más pequeña que la Pirámide del Sol, la cual está configurada de cuatro cuerpos que se eleva a su misma altura que la del sol esto se debe por el desnivel del suelo.

Pirámide de la Luna y Pirámide del Sol

Foto: C. Ponce de M.



 

Pirámide y aposentos en Teotihuacán

Foto: C. Ponce de M.


Replica de la Pirámide de la Serpiente Emplumada que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México.

Pirámide de la Serpiente emplumada

Foto: C. Ponce de M.

 

 

LA PIRÁMIDE DEL SOL

 

Pirámide del Sol

Foto: C. Ponce de M.


El nombre de Pirámide del Sol se debe a las crónicas escritas de los españoles en el siglo XVI que mencionan que este gran monumento fue dedicado al sol, pero según los últimos estudios y descubrimientos arqueológicos interpretan que la divinidad reverenciada en este edificio fue Tláloc (en español: el dios del agua). La evidencia que apoyan esta interpretación es, entre otras, la existencia de un canal de 3 m. de ancho que circunde en su base a la pirámide dándole el significado Altepetl (en español: cerro de agua) la existencia de enterramientos infantiles en las esquinas del edificio, característicos de ofrendas al dios del agua y una cueva debajo de la pirámide.

Las esculturas de la plataforma adosada que se aprecian en este espacio, formaban parte de los frisos que adornaban los tableros de la plataforma adosada a la Pirámide del Sol. Los principales temas representaban figuras de felinos ricamente ataviados con plumas y asociados con algunos elementos de reptiles; la ornamentación de los frisos se complementaba con figuras geométricas y estrellas.

Pirámide del Sol con Tableros en la plataforma

Foto: C. Ponce de M.


 

Los fragmentos de esculturas aquí presentes contienen algunos de tales fragmentos: grandes cabezas de felinos y garras de los mismos, crótalos de serpientes, bandas con plumas, estrellas y figuras geométricas. Los grandes bloques de piedra con círculos de chalchihuites, corresponden a las molduras de los tableros.

Diversos motivos de Tableros en la Pirámide del Sol

Foto: C. Ponce de M.

 

EL PALACIO DE TEPANTITLA Y SUS MURALES

 

Palacio de Tepantitla

Foto: C. Ponce de M.


EL Palacio de Tepantitla (en español: el lugar de los muros o paredones altos), este recinto es un conjunto habitacional del tipo palacio, que fue habitado por una casta sacerdotal o por una familia que gozó de una elevada posición dentro de la jerarquía social teotihuacana.

 

Interior del Palacio de Tepantitla

Foto: C. Ponce de M.


 Los murales de este lugar fueron hallados por el arqueólogo Alfonso Caso en la década de los años cuarenta del siglo XX y constituyen una valiosa fuente de revelación sobre el ambiente, las creencias y las actividades de los teotihuacanos.

El Tlalocan o paraíso de Tláloc, (en español: dios del agua) lleva este nombre por relación con el tema del agua y la fertilidad y por el hecho que numerosas figuran bailan cantan, juegan o lloran, en un ambiente en el que abundan mariposas, plantas, manantiales y arroyos. En su conjunto, la escena parece aludir un sitio idílico de alegría y felicidad.

 

Mural del paraíso de Tláloc

Foto: C. Ponce de M.



 En los murales se pueden distinguir diversos tipos de juego de pelota, así como otras actividades lúdicas en la que participan personajes variados.

 

Diversos tipos de juego de pelota

Foto: C. Ponce de M.


 

La escena central está presidida por un gran árbol, bajo el cual se encuentra una figura humana, ricamente vestida, de cuyas manos brotan chorros de líquido. En el marco de la escena se aprecian rostros de Tláloc, cargando ollas con su rostro.

 

El gran árbol del paraíso de Tláloc

Foto: C. Ponce de M.


 

Tláloc, (en español: dios del agua)

Foto: C. Ponce de M.


En el aposento siguiente se representa una procesión de sacerdotes que van elegantemente vestidos y con grandes penachos de plumas.

 

Estancia con sacerdotes en procesión

Foto: C. Ponce de M.

 

 

Mural con sacerdotes en procesión

Foto: C. Ponce de M.



 
 

Sacerdotes en procesión, en estos fragmentos se presentan en varios colores personajes vistos de perfil; uno de ellos tiene la pierna más corta y ligeramente encorvadas; su atuendo es menos rico que de los demás. Calza sandalias diferentes, dos bandas le cuelgan por delante y por atrás y llevan discos y broches circulares vistos de frente que van prendidos a la altura de su cintura y adornados con un lienzo que remata con flecos de plumas, las bolsas de copal que llevan los identifican como sacerdotes.

 

Ambientes con Sacerdotes en procesión

Foto: C. Ponce de M.


Opuntias y otras plantas nativas que crecen a los alrededores de la zona

Foto: C. Ponce de M.





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