Hacia la fascinante ciudad San Felipe de Puerto
Plata en la isla caribeña La Española, llegamos buscando relax y gozo atraídos
por sus playas con su mar azul rodeadas de palmeras, vegetación y su eterna
estación primaveral.
Panorámica San Felipe de Puerto Plata
Foto: Carmen Ponce de M.
Durante nuestra estancia recorrimos una ciudad llena de historia que
según lo leído se dice que los taínos habitaban esa isla cuando los españoles
arribaron a ese territorio, que en aquel entonces le
pertenecía al cacicazgo de
Maguá (en español: piedra) gobernado por el cacique Guarionex y el cacicazgo
Marién gobernado por el cacique Guacanagarix y ambas etnias tenían sus propias
culturas desarrolladas en base a sus necesidades.[1]
En 1493 Cristóbal Colón llegó en su segundo viaje a esas tierras fue recibido
con amabilidad pero luego se enfrentaron por el abuso que cometían los
conquistadores con los pobladores hasta que los colonizadores después de
cruentas luchas contra los taínos lograron vencerlos. En 1496 los hermanos
Cristóbal y Bartolomé Colón diseñaron el ayuntamiento y en 1502 fue fundado por
el Fray Nicolás de Ovando; a partir de esa fecha se empezó a construir el
pueblo con esclavos taínos que por la explotación y las enfermedades traídas
del viejo continente casi exterminaron en su totalidad esa etnia, por lo que
los españoles se vieron forzados a traer esclavos de África.
Se dice que esa metrópoli ha tenido una historia muy convulsionada porque
en el siglo XVII la corona española despobló y destruyó la villa por estrategia
militar y durante la guerra restauradora la ciudad quedo en cenizas por un
incendio. A pesar de todas esas catástrofes los pobladores no descansaron hasta
volverle a dar a la ciudad la prestancia perdida e iniciaron la reconstrucción
de la localidad que es hoy.
Nuestra primera visita fue al Parque
Independencia ubicado en el
centro del municipio, el cual está ornamentado con una Glorieta de Estilo Victoriano,
diseñada de dos plantas de estructura octagonal, con una galería doble y arcos
de formas moriscas; a los alrededores se encuentra El Ayuntamiento Municipal,
La
Catedral de San Felipe Apóstol que inicialmente fue construida de
estilo victoriano, pero entre los años 1929 y 2003 ha sido reconstruida por las
diferentes catástrofes ocurridas en la zona. Además, esta plaza está rodeada con sus famosas casas de Arquitectura Victoriana,
edificaciones que se iniciaron en el siglo XIX después de finalizada la guerra
restauradora. Este estilo proviene de
Inglaterra y llevan ese nombre en honor a la reina Victoria que regía en
aquella época. Las casas son características por su construcción artística en
madera.
Siguiendo las sugerencias de la oficina turística nos
dirigimos hacia el malecón que se inicia cerca de la fortaleza de San Felipe
donde se haya La Estatua del General Gregorio Luperón, héroe puertoplateño
que tuvo una participación destacada en la Restauración de la República. En su
trayecto se disfruta del panorama del Océano Atlántico, de la naturaleza y la
ciudad.
El
Parque Independencia
Foto: Carmen Ponce de M
Foto: Carmen Ponce de M
Casa
de estilo victoriano
Foto: Carmen Ponce de M
Foto: Carmen Ponce de M
Estatua
del General Gregorio Luperón
Foto: Carmen Ponce de M
Foto: Carmen Ponce de M
La
Fortaleza de San Felipe
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Carmen en la Plataforma
de tiro
Foto: P. Mirbach
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Después continuamos nuestro recorrido hacia La
Fortaleza de San Felipe a la que se le conoce también como El
Morro de San Felipe es un castillo que se construyó durante la colonia
española para defender a San Felipe de Puerto Plata de los asaltos de piratas y
corsarios que intentaban arrebatar a la corona española la isla. Ese fuerte se edificó
por orden del rey Felipe II de España en el siglo XVI y a mediados de ese siglo
fue concluida por Don Rengifo Angulo, el alcalde del fortín de aquel entonces.
Actualmente esa fortificación es un museo donde se exhibe armamento militar
encontrado en las excavaciones durante sus restauraciones y entre las piezas
descubiertas hay cañones, sables y otros vestigios. En su estructura se ven las
torres que sirvieron de defensa al recinto, garitas de control, la fosa que inicialmente
se cruzaba por un puente, la plataforma de disparo y el torreón central
circular.
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