Diosa SI

miércoles, 13 de julio de 2016

EL HOMBRE QUE TUVO LA BRAVURA DE IMPONER SU ESTILO HASTA TRIUNFAR




El Colombiano Fernando Botero tuvo la bravura de imponer su arte con su rebeldía artística y estar contra la corriente estética de su tiempo por lo que sufrió las críticas más duras, las burlas, las afrentas y la intolerancia de la moda imperante.




Pedrito a caballo, 1974, óleo sobre lienzo



 


Hoy, el pintor antioqueño Fernando Botero es uno de los más grandes artistas de la arte plástica mundial y con su talento ha ubicado a Colombia en la vanguardia del arte latinoamericano de su estilo reconocible abundante y voluminoso es decir Botero  ha creado un estilo nuevo. 

Según críticos lo definen como el artista que personifica sus obras con la irónica presentación de figuras grotescamente obesas. Sin embargo el artista dice que no tiene nada que ver con lo que la gente lo identifica: la gordura y afirma que él jamás ha pintado un gordo en toda su vida. Su estilo es como lo definió el escritor Vargas Llosa “La suntuosa abundancia”[1]. Su fama despegó cuando en 1989 apareció en Estados Unidos la nueva revista Latin American Art e ilustró la portada del primer número. La aceptación entre los críticos del arte de Botero era diversa, pero museos y coleccionistas privados no dudaban en comprar sus pinturas y esculturas ofreciendo enormes sumas. Desde 1992 Fernando Botero ha exhibido sus esculturas monumentales en más de 27 países del mundo.[2] Y Medellín tiene la dicha de gozar de sus obras todo el tiempo. Por todo lo leído sobre este artista en mi visita a la ciudad de Medellín era imprescindible ir al Parque de las Esculturas más conocida como La Plaza Botero y al Museo de Antioquia que gracias a las donaciones del maestro actualmente el parque y el museo exhibe diversos temas de América latina, La Corrida, La Violencia, El circo, Retratos, Europa y otros y fue realmente emocionante, estar en La Plaza Botero frente a las 23 esculturas monumentales y sentirse en un museo al aire libre donde participamos ese día todos los turistas, ciudadanos y comerciante. El ambiente era de fiesta y alegría que se vive diariamente en esta plaza. Y además es un lugar donde muchos ciudadanos trabajan y aprovechan la coyuntura turística para su sustento diario.

Después de gozar un par de horas de La Plaza Botero visité El Museo Antioquia que es una de las joyas arquitectónicas de la ciudad. Fundado en 1881. El Museo brinda la oportunidad de apreciar exposiciones temporales, itinerantes y permanentes; obras de arte prehispánico, colonial, republicano y contemporáneo; pinturas esculturas, fotografías, caricaturas y dibujos, de artistas nacionales y extranjeros. Pero la fama de los últimos años se debe a las colecciones importantes donadas por Fernando Botero al museo que fue lo que motivó mi entrada a este recinto y gozar del arte de este artista que ningún libro, video puede reproducir como el contemplar las obras del maestro en vivo y en directo. Lo más impresionante para mí fue la colección de óleos y dibujos de Pedrito Botero, yo no soy ninguna experta en arte pero esos retratos me llegaron al alma, por la ternura y dulzura que trasmiten estos cuadros. En todas las obras de Pedrito se siente el amor paternal que este artista puso en cada pincelada y en las esculturas que hizo en recuerdo a su hijo fallecido.


[1]Botero, Juan Carlos. (2010) El arte de Fernando Botero. Editorial Planeta Colombiana S.A.
[2]. Bushnell, David. (2014) Colombia..Editorial de la Universidad de California. p p. 428-429.

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