A Roma llegamos
para admirar algunos importantes sitios históricos de lo que fue el grandioso
imperio romano con su espléndido Foro Romano, el Monte Palatino y el Coliseo con
su atmosfera mítica de ese anfiteatro#
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Roma
antigua
Foto:
J. Mirbach
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El
nacimiento de Roma surge en la Edad de Bronce (siglo XIV a. C.),
seguidos de una aldea en el Monte Palatino los siglos IX-VII que precede a la fundación
de la ciudad desde el 753. Durante el siglo VI Roma estaba rodeada de muros y
los espacios públicos servían de centro comercial. Después de empedrar los espacios
pantanosos, construyeron el Foro que lo convirtieron en el centro
del poder político donde edificaron los santuarios más importantes. Hoy
puede verse en los restos antiguos las construcciones de una grandeza sin
precedentes, almacenes gigantes, instalaciones portuarias, vastos mercados,
arcadas, esplendidas basílicas, escenarios para espectáculos. El sistema de
alcantarillado, de agua, las redes de carreteras con un desarrollo
impresionante y su infraestructura de residencias de los ricos y pisos para el
pueblo.
EL
FORO ROMANO
Nuestra
primera visita a la antigua Roma fue: El Foro Romano, que hoy se
le considera como como una guía de los casi tres mil años de historia, aunque
restos anteriores al imperio son casi irreconocibles.
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Foro Romano
Foto: J. Mirbach
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A
nuestra entrada al foro lo primero que divisamos fue la gigantesca Basílica de Emilia que se ve al
fondo, es la única sobreviviente de los cuatro templos de la era republicana. Fue
fundada por el Marco Emilio Lepido y Marco Fulvio Nobiliore, sus funciones
fueron de tribunales, actividades económicas y políticas.
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Basílica Emilia 179 a.C.- siglo I d.C.
Foto:
J. Mirbach
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La
Curia Giulia fue la sede del senado, obra iniciada por
César y terminada por augusto. En este lugar se reunían aproximadamente 300
senadores a discutir sobre la política del imperio.
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La Curia Giulia, sede del Senado
Foto:
J. Mirbach
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Mármol cincelado: La institución de los alimentos a
principio del siglo II
Foro Romano, Curia Giulia
Foto: J. Mirbach
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Mármol esculpido: La destrucción de los registros
de deuda
Foro Romano, Curia Giulia
Foto: J. Mirbach
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El
Arco de Settimio Severo está ricamente decorado con
victorias, dioses y diversas divinidades.
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El
Arco de Settimio Severo, año 203
Foto:
J. Mirbach
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Lo que queda del Templo
de Saturno son estas ocho columnas de granito, con un tallo, capiteles
lisos y jónicos que sostenían la fachada del templete. Uno de sus usos fue
albergar la tesorería del estado.
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Columnas
del templo de Saturno, siglo V a. C. – siglo IV d. C.
Foto:
J. Mirbach
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Las
paredes con arcos que se distinguen, formaron parte de la Basílica Giulia,
que fue una de las más grandes y lujosas del foro.
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La
Basílica Giulia
Foto:
J. Mirbach
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La
Basílica Giulia de la vía Sagrada,
siglo I a.C – siglo I d.C.
Foto:
J. Mirbach
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La
columna en honor al emperador Foca
que fue el último monumento romano que se erigió en el Foro.
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Columna
la Foca, año 608
Foto:
J. Mirbach
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Las tres columnas sobrevivientes que vemos
pertenecieron a lo que una vez fue el Templo
Discuri.
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Las tres columnas del Templo
Discuri
Foto:
J. Mirbach
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El Templo de Romulo lo
levanto Massenzio en homenaje a su padre Romulo,
considerado héroe romano.
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Tempo
de Romulo IV secolo
Foto: J. Mirbach
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El
Templo de Vesta fue construido por Julia Domna, esposa de
Septimus Severus, en el interior ardía una llama perenne, cuyo culto y cuidado
fueron muy importante. En su construcción se empleo fragmentos originales de
mármol abundante en travertino.
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Templo
de Vesta, fines del siglo II
Foto:
J. Mirbach
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El
Templo de Antonio y Faustina edificado con motivo de
la muerte y deificación de Faustina, esposa de Antonio Pío y también dedicado
al emperador después de su fallecimiento, este templo se alza sobre un alto
podio procedido por una escalera que incorpora los restos del altar. En el
siglo VII se transformó en la iglesia de San Lorenzo en Miranda.
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Templo
de Antonio y Faustina año 141
Foto:
J. Mirbach
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La
Basílica de Massenzio es uno de los capitolios más grande
de Roma, levantada por Massenzio y Constantino. La nave menor del norte, es la
única que quedo en pie después del terremoto del siglo IX que la destruyó, aún
se pueden observar las increíbles bóvedas de cañón que impresiona a muchos
visitantes.
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La Basilica de Massenzio años 306 -312
Foto: J. Mirbach
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La
fachada de la iglesia Santa Francesca Romana fue hecha un año
después de la canonización de la santa por Carlo Lambardi en 1615, la portada está
endosada con travertino blanco
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Iglesia Santa Francesca Romana
Foto: J. Mirbach
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Domus
Severia es una vasta expansión de la Domus Augustana
proyectada por Settimio Severus, de este monumento quedan las colosales
estructuras de ladrillo desnudo, que constituyen uno de los restos más
destacados sobre la colina del Palatino.
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Domus
Severia, siglo II - III
El
Palatino
Foto:
J. Mirbach
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EL PALACIO ALTEMPS
El Palacio Altemps es una inmueble de arquitectura
renacentista del siglo XIX y desde 1997 forma parte de uno de los cuatro
centros que componen el Museo Nacional Romano.
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Pileta en los
Jardines del Palacio Altemps
Foto: J.
Mirbach
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Estatua
de Erme en el Palacio Altemps
Foto: J.
Mirbach
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Esta sala está dedicada a los
inventos de Leonardo da Vinci que además de pintor, escultor fue un
revolucionario creador de inventos.
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Combinaciones
de luz
Invento de
Leonardo da Vinci
Foto: J.
Mirbach
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Seguidamente circulamos por el Templo
de Venus y Roma situado al extremo oriental del Foro Romano cerca del
coliseo, se cree que fue el templo más grande de la antigua Roma dedicado a la
diosa Venus Felix y a Roma eterna, construido por
el emperador romano Adriano.
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Templo de Venus y Roma
Foto:
J. Mirbach
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En las columnas del Arco de
Costantino se han grabado acontecimientos históricos de Roma y
episodios de la vida de Costantino.
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El Arco de Costantino
Foto:
J. Mirbach
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EL
COLISEO ROMANO
Finalmente exploramos el Anfiteatro
Flavio, más conocido como Coliseo, fue la obra más famosa
de la antigua Roma, fue Vespasiano quien inicio el proyecto en el
70 e inaugurada por Tito en el 80 con espectáculos que duraron 100 días. Además
de las luchas de gladiadores se presentaban otros espectáculos públicos. El
exterior está marcado por tres órdenes de 80 arcos, cada uno enmarcado por
columnas de estilos toscanas, jónicas, corintias y pilares.
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El Anfiteatro Flavio “Coliseo”
Foto: J. Mirbach
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En el ático aún son visibles los armazones
de los postes que sostenían el inmenso toldo destinado a cubrir el interior.
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Ático del Coliseo
Foto:
J. Mirbach
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El acceso al Anfiteatro era
por un complejo de rampas internas y ambulatorios que conducen a las arcadas por
donde se acceden a los escalones. Los estrados estaban divididos según el
público: los niveles inferiores estaban hechos de mármol, divididas en tres
sectores y las últimas tribunas estaban reservados para la plebe, hechos de
madera y divididos por un muro.
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Las tribunas del Coliseo
Foto:
J. Mirbach
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La arena estaba separada de la cueva por
un podio y una balaustrada cubierta por una plataforma en la que se abrían las
escotillas que permitían el acceso a las bestias. Se dice que tenía una
capacidad entre 45,000 y 73,000 espectadores. Actualmente es uno de los restos
arqueológicos más visitado turísticamente en Italia, atraídos por su
grandiosidad, su pasado sangriento y la atmosfera mítica de
ese anfiteatro.
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La arena del
Coliseo Romano
Foto: J. Mirbach
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Subterráneo de la arena del Coliseo
Foto: J. Mirbach
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